Ya lo he decidido. Hoy voy a matarte. Matarte, en todo su sentido. Te voy a quitar de en medio. Te quitaré la vida, esa que un día te regaló tu madre sin ningún tipo de compromiso. ¿Por qué? ¿Quién necesita un por qué? ¿Tus padres, tus hermanos, tu mujer, tus hijos, que ya no volverán a verte? No lo sé. Le tocaba a un policía y punto. No me preguntes por qué, no digas que no dispare, no me intentes convencer. Ni si quiera te conozco, así que no me ablandarás el corazón con un discurso lastimero. Mejor cállate, pero, esta vez, hazlo para siempre.
Ya está. Suenan como si fuesen petardos. Por un momento, pienso en las Fallas de Valencia, este año no me las puedo perder. Disfruto del momento, he vaciado el cargador. Casi he podido ver las balas partiendo de la punta de la pistola. Imagino la trayectoria, adivino la meta. He dado en el clavo, mi pulso no ha temblado. Tu cuerpo cae al suelo, pesado, sólido como una losa de granito. Retumba el sonido de tu pecho sobre el cemento pero, yo, ya no te veo. He salido corriendo. Ahora que ya no estás, incluso, me das miedo. Matarte ha sido fácil, más cuando lo he hecho por la espalda, cuando te he disparado en la nuca. Lo peor viene ahora, quizás no debí hacerlo.
Primero serán las noticias, yo no las veré, estaré lo bastante ocupado en huir como para pararme a escucharlas. Mira, me has hecho un favor, tengo mi minuto de gloria. Todo el mundo quiere encontrarme. Sí, está claro, he hecho esto por mí. Por llenar mi vida, tan vacía de valores, tan relativa, que necesita de estos "sobresaltos" para sentirse viva.
Luego, será tu hogar, te reclamará. Siempre buscando un por qué, no lo entiendo. Tu hogar, tu pueblo, tu ciudad, tu provincia, tu nación. ¿Nación? Qué palabra tan controvertida, qué gusto da matar por ti, mi pequeña nación, mi País. Pero, ellos no nos comprenden, ¿verdad? ¿España? Bah, me cuesta, incluso, escribir esa palabra. Sí, para mí sólo es una palabra vacía de connotaciones, si acaso llega a eso...
Pero no sé cómo lo hacen, con lo diferentes que parecen, al final acaban unidos en los momentos malos. Hoy se han unido por mi causa. Millones de personas han salido a la calle, es una manifestación. Desde la Puerta de Alcalá, por toda la Gran Vía, hasta la Plaza de Callao una alfombra humana serpentea por las calles de Madrid. Cambio de canal. Bilbao, Valencia, Barcelona, Salamanca, Cádiz, Cáceres..., en todas los mismo. Menudo éxito. Aunque, por más que me fijo, no veo mi nombre por ningún sitio. No, no es mi nombre el que cubre las pancartas, a ver que pone...Raúl Centeno.
¿Raúl Centeno? ¿Quién será ese tal Raúl Centeno? No tengo ni idea. "Por el fin de las muertes injustas", puedo leer finalmente en una de las pancartas. Muertes, matar..., sí esa palabra la conozco bien, me suelo levantar con ella en mi cabeza algún que otro día. Pero, ¿la otra? ¿Injusticia? ¿Justicia? qué diablos significan. Justicia. La verdad es que suena bien, la buscaré en el diccionario, supongo que vendrá. Pero, si no me gusta su significado pasaré de largo. Adiós policía español, quizás un día me entere de tu nombre. O, quizás no. De momento, con saber que te he matado me es suficiente.
Ni una victima más a manos de ETA. Nunca más la justicia por sus manos. La única Justicia posible es la Democracia. Únete a ella, por la Libertad, por Raul Centeno, por Fernando Trapero y por todas las víctimas injustas del terrorismo, en la manifestación convocada el próximo martes, 4 de diciembre, en Madrid. Alcemos la voz: ¡ETA NO!
Ya está. Suenan como si fuesen petardos. Por un momento, pienso en las Fallas de Valencia, este año no me las puedo perder. Disfruto del momento, he vaciado el cargador. Casi he podido ver las balas partiendo de la punta de la pistola. Imagino la trayectoria, adivino la meta. He dado en el clavo, mi pulso no ha temblado. Tu cuerpo cae al suelo, pesado, sólido como una losa de granito. Retumba el sonido de tu pecho sobre el cemento pero, yo, ya no te veo. He salido corriendo. Ahora que ya no estás, incluso, me das miedo. Matarte ha sido fácil, más cuando lo he hecho por la espalda, cuando te he disparado en la nuca. Lo peor viene ahora, quizás no debí hacerlo.
Primero serán las noticias, yo no las veré, estaré lo bastante ocupado en huir como para pararme a escucharlas. Mira, me has hecho un favor, tengo mi minuto de gloria. Todo el mundo quiere encontrarme. Sí, está claro, he hecho esto por mí. Por llenar mi vida, tan vacía de valores, tan relativa, que necesita de estos "sobresaltos" para sentirse viva.
Luego, será tu hogar, te reclamará. Siempre buscando un por qué, no lo entiendo. Tu hogar, tu pueblo, tu ciudad, tu provincia, tu nación. ¿Nación? Qué palabra tan controvertida, qué gusto da matar por ti, mi pequeña nación, mi País. Pero, ellos no nos comprenden, ¿verdad? ¿España? Bah, me cuesta, incluso, escribir esa palabra. Sí, para mí sólo es una palabra vacía de connotaciones, si acaso llega a eso...
Pero no sé cómo lo hacen, con lo diferentes que parecen, al final acaban unidos en los momentos malos. Hoy se han unido por mi causa. Millones de personas han salido a la calle, es una manifestación. Desde la Puerta de Alcalá, por toda la Gran Vía, hasta la Plaza de Callao una alfombra humana serpentea por las calles de Madrid. Cambio de canal. Bilbao, Valencia, Barcelona, Salamanca, Cádiz, Cáceres..., en todas los mismo. Menudo éxito. Aunque, por más que me fijo, no veo mi nombre por ningún sitio. No, no es mi nombre el que cubre las pancartas, a ver que pone...Raúl Centeno.
¿Raúl Centeno? ¿Quién será ese tal Raúl Centeno? No tengo ni idea. "Por el fin de las muertes injustas", puedo leer finalmente en una de las pancartas. Muertes, matar..., sí esa palabra la conozco bien, me suelo levantar con ella en mi cabeza algún que otro día. Pero, ¿la otra? ¿Injusticia? ¿Justicia? qué diablos significan. Justicia. La verdad es que suena bien, la buscaré en el diccionario, supongo que vendrá. Pero, si no me gusta su significado pasaré de largo. Adiós policía español, quizás un día me entere de tu nombre. O, quizás no. De momento, con saber que te he matado me es suficiente.
Ni una victima más a manos de ETA. Nunca más la justicia por sus manos. La única Justicia posible es la Democracia. Únete a ella, por la Libertad, por Raul Centeno, por Fernando Trapero y por todas las víctimas injustas del terrorismo, en la manifestación convocada el próximo martes, 4 de diciembre, en Madrid. Alcemos la voz: ¡ETA NO!
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