domingo, 30 de diciembre de 2007

¡Feliz Natividad!

El amor no es mero afecto, no es sólo pasión, el amor el algo más: es entrega, es dolor, es Cristo. Son algunas de las palabras que me sobrecogieron, ayer, durante la homilía que predicó un buen amigo en la Iglesia de San Pedro, en La Línea de la Concepción (Cádiz). Me sobrecogieron por lo directo de su mensaje, a la vez que por su dureza, tan cargada de verdad.

En estos días, entre fiestas, juergas, vinos y algún que otro botellón, los jóvenes aprovechamos para desconectar y comenzar con fuerza el nuevo año. Pero, me gustaría recordar que en medio de tanto ruido también es posible, y necesario, hacerle un hueco al Señor, al silencio, a la oración. Y, ante todo, quiero desearos que disfrutéis de este tiempo de Navidad tan significativo para, nosotros, los cristianos.

"El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros", esa frase lo recoge todo, embarga el significado de la Navidad al completo. Un significado que se ve desvirtuado, cada año, por el consumismo voraz en el que todos, me incluyo, caemos sin remedio. Dios se hizo carne. Lo más grande, se humilló hasta el punto de convertirse en hombre para que, por medio de su hijo, llegásemos a conocerlo de cerca, para que que pudiésemos percibir con mayor nitidez la naturaleza del Reino de Dios.

Por eso, porque el niño Jesús, esa "COSITA", porta en sí la Salvación presente y futura del hombre, nada más que por eso y por por todo eso, a la vez, la Navidad tiene el sentido que tiene y debe ser considerada una de las grandes Celebraciones de los cristianos. Así que, alegría, que ha nacido el Hijo de Dios.

FELIZ NATIVIDAD Y BUENA ENTRADA AL NUEVO AÑO 2008

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