Así no. Mientras haya trece curas que se suban a un altar a proclamar su gloria, poco tenemos que hacer. No, Santa Iglesia, no. Ya pasó la dictadura. Pasado mañana se cumplirá el 32 aniversario de la muerte de Franco. Casi tres generaciones. No merece la pena volver a mancharse las manos. No merece la pena seguir haciendo del dictador uno de los "heroes de la Historia de España".
Hoy, como cada año, las distintas escisiones de la Falange española se han reunido en el Valle de los Caídos para rendir culto su mentor y creador Francisco Franco. Bien, hasta que dentro de muy poco la Ley de Memoria histórica lo prohiba, esta personas no han hecho nada anticonstitucional. Aunque, esto no quiere decir que dichas reuniones de radicales no me provoquen cierto reparo e, incluso, temor.
Manos alzadas y gargantas que se desgañitan cantando el "Cara al sol". Recuerdos de una época represiva y amarga. Censura, miedo, paredón, los grises... ahora son palabras, pero, aun así, el sólo nombrarlas abre brechas en la memoria y a mí me llenan de rabia e impotencia. Nadie se merece una dictadura, el pueblo español no se la merecía.
Echando un vistazo a la prensa me he encontrado con la narración de la visita de los falangista al Valle. Nada fuera de lo común. Tampoco me sorprendió, demasiado, el hecho de que se celebrarse una Eucaristía. Es domingo, el día del Señor, así que, tampoco, nada fuera de lo común. Seguí, leyendo el texto, llegué a las rogatorias y... premio: rabia e impotencia de nuevo.
El párroco que presidía rogó, sí, rogó por el dictador en un tono, para mi gusto, desdeñable: "Por Franco, que perdonó a todo y a todos...". No señor, y "perdone" si me pongo quisquilloso. Según la RAE perdonar es "remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa". Franco, no perdonó, las dictaduras no perdonan. Cosa distinta es que se mereciera o no el perdón de Dios (eso no nos compete, allá arriba ya habrán ajustado cuentas). Morir perdonando a todos y a todo, uy uy, cuánta fuerza tiene esa frase, cuánto entraña en su interior. A mí, personalmente, me recuerda a la muerte gloriosa de nuestros mártires. Eso sí es ejemplo, eso sí es morir perdonando. Pero, mantener a un país ahogado y manejado a su antojo y deseo durante 40 años, padre, eso no es perdonar.
Por eso siento rabia, porque me siento Iglesia y, como un hijo toma de ejemplo a sus padres yo la tomo a Ella. Pero, ante situaciones así no me puedo callar: el hijo, hoy, se ha sentido avergonzado de sus progenitores. Como el cuerpo humano que está formado por miles de microorganismos distintos, la Iglesia también es una institución plural que necesita del aporte de cada una de sus células, llámense curas, religiosas, laicos... Cada cual, libre de pensar como quiera, puede unirse o desligarse de estos acontecimientos. Sé que hay muchos curas que no piensan en absoluto así, pero, por desgracia, hechos como el que se han dado hoy en el transcurso del Sacramento de la Eucaristía en el Valle de los Caídos, me demuestran que aún quedan de los que sí apoyan al famoso caudillo.
Yo desde luego digo: ¡BASTA YA! Si queremos avanzar, si queremos ser Iglesia del siglo XXI, si necesitamos jóvenes, porque da pena mirar un domingo a tu alrededor en la misa y verte solo entre gente mayor (con todos mis respetos a esta), en definitiva, si queremos una Iglesia viva ¿a qué viene esa exaltación de la figura del generalísimo ante Dios? ¿Cuántos años hacen falta para enterrar el cuerpo de Franco y que éste no siga recorriendo las calles de España? Democracia, libertad, hambre de Dios, solidaridad, esperanza. Esa es la esencia, ese el mensaje que queremos oír los que decidimos unirnos a Jesús. Basta de dictaduras, basta de represión y, por favor, basta de Franco.
Hoy, como cada año, las distintas escisiones de la Falange española se han reunido en el Valle de los Caídos para rendir culto su mentor y creador Francisco Franco. Bien, hasta que dentro de muy poco la Ley de Memoria histórica lo prohiba, esta personas no han hecho nada anticonstitucional. Aunque, esto no quiere decir que dichas reuniones de radicales no me provoquen cierto reparo e, incluso, temor.
Manos alzadas y gargantas que se desgañitan cantando el "Cara al sol". Recuerdos de una época represiva y amarga. Censura, miedo, paredón, los grises... ahora son palabras, pero, aun así, el sólo nombrarlas abre brechas en la memoria y a mí me llenan de rabia e impotencia. Nadie se merece una dictadura, el pueblo español no se la merecía.
Echando un vistazo a la prensa me he encontrado con la narración de la visita de los falangista al Valle. Nada fuera de lo común. Tampoco me sorprendió, demasiado, el hecho de que se celebrarse una Eucaristía. Es domingo, el día del Señor, así que, tampoco, nada fuera de lo común. Seguí, leyendo el texto, llegué a las rogatorias y... premio: rabia e impotencia de nuevo.
El párroco que presidía rogó, sí, rogó por el dictador en un tono, para mi gusto, desdeñable: "Por Franco, que perdonó a todo y a todos...". No señor, y "perdone" si me pongo quisquilloso. Según la RAE perdonar es "remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa". Franco, no perdonó, las dictaduras no perdonan. Cosa distinta es que se mereciera o no el perdón de Dios (eso no nos compete, allá arriba ya habrán ajustado cuentas). Morir perdonando a todos y a todo, uy uy, cuánta fuerza tiene esa frase, cuánto entraña en su interior. A mí, personalmente, me recuerda a la muerte gloriosa de nuestros mártires. Eso sí es ejemplo, eso sí es morir perdonando. Pero, mantener a un país ahogado y manejado a su antojo y deseo durante 40 años, padre, eso no es perdonar.
Por eso siento rabia, porque me siento Iglesia y, como un hijo toma de ejemplo a sus padres yo la tomo a Ella. Pero, ante situaciones así no me puedo callar: el hijo, hoy, se ha sentido avergonzado de sus progenitores. Como el cuerpo humano que está formado por miles de microorganismos distintos, la Iglesia también es una institución plural que necesita del aporte de cada una de sus células, llámense curas, religiosas, laicos... Cada cual, libre de pensar como quiera, puede unirse o desligarse de estos acontecimientos. Sé que hay muchos curas que no piensan en absoluto así, pero, por desgracia, hechos como el que se han dado hoy en el transcurso del Sacramento de la Eucaristía en el Valle de los Caídos, me demuestran que aún quedan de los que sí apoyan al famoso caudillo.
Yo desde luego digo: ¡BASTA YA! Si queremos avanzar, si queremos ser Iglesia del siglo XXI, si necesitamos jóvenes, porque da pena mirar un domingo a tu alrededor en la misa y verte solo entre gente mayor (con todos mis respetos a esta), en definitiva, si queremos una Iglesia viva ¿a qué viene esa exaltación de la figura del generalísimo ante Dios? ¿Cuántos años hacen falta para enterrar el cuerpo de Franco y que éste no siga recorriendo las calles de España? Democracia, libertad, hambre de Dios, solidaridad, esperanza. Esa es la esencia, ese el mensaje que queremos oír los que decidimos unirnos a Jesús. Basta de dictaduras, basta de represión y, por favor, basta de Franco.
6 comentarios:
España no se merecía una Dictadura, eso es correcto. Pero habría que matizar un poquito más para que fuese más completo tu argumento. Ninguna Dictadura en España, ni de "Derechas" ni de "Izquiedas", porque sano para nuestra memoria es recordar que si no hubiese sido una Dictadura de Derechas, lo hubiera sido de Izquierdas (radicales, también). (sigue leyendo)
No es momento de hacer comparaciones ni elucubraciones de lo que hubiese sido España si la Revolución Bolchevique se hubiera alzado con la "Victoria", pero, estoy seguro que la persecución contra la Iglesia hubiera sido mucho más cruenta, hasta la total desaparación como era notorio y público en las intenciones socialistas de la época.
No, no defiendo a los grupos radicales que se reunen, ya sea en el "Valle de los Caídos" como ante una foto de la "Pasionaria". No, tampoco me gusta que sacerdotes tomen el nombre de un difunto para hacer propaganda ideológica en el transcurso de la SANTA MISA, pero qué duda cabe que la Iglesia, no tuvo más opción que "sobrevivir" a un ataque cada vez más directo y refugiarse bajo la tutela de Franco.
(ésto se puede comprender viéndolo desde una perspectiva lejana del momento, desde el horizonte histórico,sin ninguna vinculación sentimental posible con alguno de los dos bandos, y, siendo lo más objetivamente críticos con las circunstancias. "Yo soy yo y mis circunstancias" Ortega y Gasset).
Pongámonos a pensar: Si tú tienes una pelea, sois tres, y a tí te están pegando porque quieren matarte, tú te acercas al que te quiere proteger de la muerte (no piensas demasiado en ese momento de quién se trata, simplemente le agradeces su protección), a quien no te acercarías sería a tu agresor , ¿no?. QUe yo sepa, los cristianos, aunque valoramos el martirío por nuestra Fe en Jesucristo, todavía no creo que tengamos vocación de "masoquistas", así sin más, creo yo.
El Cristiano tiene que aceptar el martirio, si está de DIos, pero tampoco tiene que ser un iluso ni aceptar derramar sangre así sin más. Ya tuvimos suficiente sangre y agresiones "contra natura"con los más de 7000 mártires cristianos durante aquella época concreta de nuestra Historia de España.
No la manipulemos ni la adaptemos a nuestro antojo, por intereses ideológicos o sentimentales, a cada cual hay que reconocerle y darle lo suyo, con "Justicia", para lo malo y para lo no tan malo.
Menudo comentario, casi lo puedo colgar de entrada! muchas gracias por dedicar este tiempo a dar tu opinión. Claro que la Iglesia tuvo que sobrevivir, todos en una guerra luchan por sobrevivir, en ese momento no se fija uno a lo que se arrima, simplemente, como dices, te arrimas porque sabes que es el que te va a salvar la vida. Y más después de la persecusión sufrida durante los años 30. En eso estamos de acuerdo, lo que no tolero es que 30 años después se siga haciéndo apología del franquismo en una misa, lo siento pero no!
Otra cosa, con la comparación que hago de los mátires no estoy invitando a nadie al sucidio colectivo ni nada de eso, sólo ponía un ejemplo claro y de fe de lo que es perdonar. Creo que nadie tiene derecho a quitar la vida que Dios le ha dado a otra persona. Lo aclaro por si se me había mál entendido.
Fascismo o comunismo, da igual, los extremos nunca son buenos y no hay que caer en ellos!
Querido Carlos:
Gracias por tus palabras.
La Iglesia en España tuvo que empezar a sobrevivir muchos años antes de que comenzara "oficialmente" la guerra civil en el año 1936, eso creo que está bastante documentado.
Por otro lado, ¿Apología política en celebraciones litúrgicas sea cual sea?: "of course"!!!, ¡claro que NO!.
No, yo tampoco lo acepto porque a la Iglesia acuden muchos cristianos que tienen distintas formas de pensar, ideológicamente hablando me refiero, cosa que lo agradezco enormemente porque demuestra la pluralidad que existe dentro de ella, pluralidad de la que "otros"... dudan que exista en el Seno de Nuestra Madre la Iglesia Católica y de la que creo que tienen mucho que aprender y saber dar ejemplo (difícil por lo que vemos en la actualidad, creo yo).
Ahora, eso sí, todo esto no impide que se pueda apelar a la conciencia moral y política de cada creyente para que estudie y conozca en profundidad los idearios políticos que nos son ofrecidos y a los cuales votamos con una mínima idea de ellos, y, que nos tienen que hacer pensar si realmente se merecen, cristianamente hablando, nuestro voto.
Al menos, que exista la libertad (sin ofender) de los hijos de Dios a poder optar por unas ideas sin renunciar a su Fe a la cual, gracias a Dios, nos unimos en Comunión con Jesucristo dentro de la Iglesia.
Termino, sin duda me adhiero a tú última afirmación. Bajo ningún concepto los extremos (sean de cualquier dirección o corriente) son buenos. Y lo malo de todo esto es, como ya sabemos, que todos los extremos se tocan, y se pegan... Un saludo y espero tu comentario si mis palabras se lo merecen.
Personalmente no estoy de acuerdo con que la Iglesia participe en actos de exaltación a la dictadura franquista.
Por otro lado, no creo que los frailes deban irse del Valle de los Caídos. Más bien debería recuperarse el verdadero sentido con el que se hizo la basilica (más allá de la exaltación de Franco), que era recordar a todos los caídos en una guerra incivil y sin sentido. Sin importar en que "bando" se encontraban.
No debemos recordar que en la guerra muchos lucharon por un bando u otro simplemente porque el levantamiento triunfo rápido -o no- allí donde se encontraban. Y otros muchos, de ambos bandos, lucharon por lo que creían justo. Y por eso deben ser recordados y respetados.
Me gusta mucho la idea de darle un sentido de perdón y reconciliación al Valle de los Caídos, me apunto. Desde un sentido profundo de respeto y de mirar hacia el futuro (que debería ser presente).
Ahora, eso sí, dejando y respetando el enterramiento de Franco, no vaya a ser que a algunos les moleste su presencia y también pidan que sus huesos descanses en una fosa común...
Sería un gran paso que el Monumento a los Caídos, sea un acto de reconciliación y perdón entre los dos bandos, ese gesto aún no se ha producido en tantos años de democracia, y que quieres que te diga, se nota mucho en nuestra política y en los ciudadanos.
Un acto público de reconciliación y perdón para no volver a caer en los mismos errores es lo que le hace falta a este país desde hace muchos años.
No sabéis lo que significa para mí leer vuestros comentarios, me llena de satisfacción. El otro día vi un articulo en alfa & omega donde Ángel Prat, ahora anciano, escribía lo siguiente sobre los frailes del Escorial: "Recuerdo al sacristán, Fray Casas. Durante los descansos entre misa y misa, me sentaba en una mesa camilla y hacía que leyera y estudiara en una enciclopedia bastante elemental. En un cuaderno escribía algunas frases y yo tenía que consignar a qué parte de la oración correspondían. Si algo tienen de bueno mis redacciones, se lo debo a Fray Casas. Podría contar muchas cosas, pero creo que con éstas queda suficientemente demostrado que los frailes agustinos, hoy ya Beatos, no pudieron ser más nobles, más sinceros y más honrados".
Creo que hay gente muy buena allí, obviamente se relaciona el Valle de los Caídos con la figura del Caudillo pero,creo que es imprescindible que ampliemos nuestros horizontes y veamos en aquel lugar Santo un lugar de unión y fraternidad entre los hombres de España.
Estoy de acuerdo con que haya un acto público de reconciliación y perdón, pero por ambas partes. Sin embargo, hay un pequeño problema. La Iglesia puede pedir perdón en nombre de toda su congregación, está bien estructurada y la palabra de su cabeza habla en nombre de todos sus integrantes pero..., ¿quién le pide perdón a ella? Que parte de la sociedad estaría dispuesta a hacerlo, tendría que ser en boca de un partido político o sería una congregación de republicanos actuales los que pedirían dicho perdón? Son sólo ideas que lanzo para que seamos conscientes de la problemática y la dificultad de la situación.
Nada más, espero seguir leyéndoos por aquí. Gracias
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