Estoy hablando de una de las varias noticias que se publicaron en Público (vaya juego de palabras), el 20 de noviembre, en referencia al discurso que Ricardo Blázquez -presidente de la Conferencia Episcopal- pronunció el pasado 19 de noviembre. Ésta, en concreto, se titulaba “Blázquez se sale del guión y mira hacia atrás sin ira”. La noticia, fruto de dicho discurso, no pierde la ocasión para atacar de nuevo a la Iglesia, aun cuando, esta vez, no había motivos.
Entre algunos de sus “halagos” podemos leer: “[La Iglesia] no acostumbra a pedir perdón por su pasado reciente, el que cuelga en los muros de iglesias y catedrales el yugo y las flechas junto al recuerdo de los muertos de un solo bando”. Ya hemos hablado de esto y creo que no merece un mayor comentario. La Iglesia se equivocó al apoyar a Franco, pero, ¿por qué llamar fascistas a los mártires? Porque, evidentemente, ese “recuerdo de los muertos de un solo bando” les sirve para meter la puya respecto a las beatificaciones del pasado octubre. En fin, ya escribí en su día sobre ello, así que, pasemos página. O mejor, démosle con ella en la cara a los majetes de Público.
La Iglesia, señores, sí suele pedir perdón. Juan Pablo II fue el Papa que más veces pidió perdón por los daños que la Iglesia pudo haber causado a la sociedad. Pidió perdón por las guerras de los cruzados en oriente; pidió perdón por las muertes injustas y sin razón a manos el tribunal inquisidor; pidió perdón por las múltiples y falsas guerras en nombre de Dios; pidió perdón por el exceso de poder y la opresión que han sufrido los pobres por parte de una jerarquía anticuada y abusadora…Sí, pidió perdón. Sólo hay que echar un ojo a algunas de sus encíclicas o múltiples homilías.
Es más, la Conferencia Episcopal también se ha disculpado. En 1999 salió a luz un documento titulado La fidelidad de Dios dura siempre. Mirada de fe al siglo XX, donde se unía el pasado con el presente, se daba gracias a Dios por los dones recibidos y se reconocían los pecados de la Iglesia. Además, Blázquez, en sintonía con Juan Pablo II, quiso recordar, en su reciente discurso, que “pedir perdón y reorientarnos implica tanto el reconocimiento de las limitaciones y de los pecados como el cambio de actitud y el propósito de la enmienda”. Y añadió: “Deseamos pedir el perdón de Dios para todos los que se vieron implicados en acciones que el Evangelio reprueba, estuvieran en uno u otro lado de los frentes trazados por la guerra”.
Pero no es suficiente: “Perdón con la boca pequeña”, añaden en un ladillo. No, claro que no, nunca es suficiente cuando los argumentos en contra se acaban, cuando un jefe mete presión y la noticia debe salir con un buen titular a la cabeza. En esa situación, se tira de donde sea: “Ricardo Blázquez no se despegó de un discurso que, como todos los suyos, huye del ruido de los grandes titulares, pero supo desempolvar palabras que hasta ahora permanecían enterradas en el diccionario de los obispos. De esta manera, el presidente de la Conferencia Episcopal también recordó a quienes no lucharon en el bando bendecido por la Iglesia”.
Si algún fallo tienen los medios cuya línea editorial es de izquierdas, es el de pecar de imprudentes respecto al tratamiento de las noticias eclesiales. No se paran, no leen, no analizan, simplemente lo sueltan y ya está. Me estoy imaginado una conversación entre el jefe de un periódico y alguno de sus redactores:
Redactor: -Tenemos un buen titular, jefe, que, además, jode a la Iglesia.
Jefe: -Buff, me encanta. Ya estás quitando el que teníamos en portada, te buscas una foto del Blázquez ese y me lo colocas a 5 columnas, ¿eh? ¡Y rapidito que hay que darles caña a esos purpurados!
Ahora, fuera de bromas, es evidente que cada medio de comunicación tira para su lado. En el panorama de la información nacional no se salva ni el gato. TODOS están vendidos y atados a alguna empresa que les dicta por donde tienen que andar sus informaciones. Pero, aun partiendo de esa desoladora base de la que todos somos conscientes, lo que me parece aún más triste es el herir por herir, alimentar el odio y animadversión contra la Iglesia a partir de unos clichés históricos a los que se les da bombo y bombo hasta reventar.
Evidentemente, estas publicaciones saben a quien van dirigidas, tienen un target muy concreto y una audiencia fiel predispuesta a la crispación y a dejarse provocar. Lo que no saben, medios como Público, es que, los cristianos del S.XXI que nos acercamos a sus páginas y leemos esas cosas, estamos empezando a inmunizarnos, pronto dejarán de afectarnos y pasaremos de largo. De momento, nos sentimos como cuando nos sentábamos en el sofá las calurosas tardes de agosto y cambiábamos de canal porque en la primera estaban echando de nuevo “Verano azul”. O sea, estamos muy cansados de leer siempre lo mismo, siempre la vuelta a la misma tuerca, siempre los mismos y pesados argumentos en contra de la Iglesia. Por favor: ¡Renuévense!
Pulse aquí para bajar la edición PDF del Diario Público del día 20 de noviembre.
2 comentarios:
Querido ahijado:
Hay ciertas cosas que aún debes tener presentes a la hora de afirmar sobre un tema "eclesial", y es la "diplomacia".
Ten en cuenta que entre tus lectores (creyentes o no), te vas a encontrar signos y colores de toda clase, y aquí, las formas son muy importantes y a tener en cuenta.
Por ejemplo:"La Iglesia se equivocó al apoyar a Franco". Eso, en su momento, no fue así. No se equivocó, ¡es que no tuvo más remedio!. Visto desde el tiempo se podrán hacer las lecturas pertinentes, pero ni siquiera hoy un "chaval" que no vivió el momento (yo tampoco) puede afirmar tan rotundamente una cosa como esa.
Por otro lado: "(Blázquez) pidió perdón por el exceso de poder y la opresión que han sufrido los pobres por parte de una jerarquía anticuada y abusadora". Esos dos últimos adjetivos, sobraban. No creo que Blázquez quisiera echarse "mierda" sobre sí mismo. Se podrá calificar de otra manera para transmitir la realidad del momento, pero no creo que la jerarquía se pueda generalizar así, con el consiguiente peligro de extrapolar esos adjetivos a la realidad del presente.
Y, por último, habría que matizar (siempre desde mi punto de vista) que "el perdón de Blázquez" se tiene que comprender en un contexto que sin ser leído, no es merecedor de una opinión, ni por atrevida ni por ignorante.
En fin, bien, pero éste último artículo se podría haber hilado un poquito más fino.
Siempre a tu servicio,un abrazo en Cristo. MONTERO
Buenas!
Lectores con signos y de colores diferentes, que idea tan hermosa, multiculturalidad, multisocialidad...
Las formas son importantes, claro que son importantes, siempre es mejor saludar a la gente con una sonrisa y una palabra amable que volver la cabeza hacia otro lado y pasar de largo.
Antonio, esto es un Blog. Gracias a Dios, no tengo una linea editorial marcada, no tengo que seguir un código de buena conducta rígido y del que no me puedo salir. Lo políticamente incorrecto, en cierta medida, también está permitido.
Como multicultural es la sociedad, multicultural son los lectores y multivariadas las ideas que puedan producir mis neuronas. Pero, como dice el refrán, "nunca llueve a gusto de todos". Cuando escribo, lo hago sin pensar en nadie en particular, no tengo en mi cabeza la idea de tener que agradar a tal o a cual. Eso es lo que me empuja a crear un nueva entrada, eso me satisface y me llena.
¿Sabes? Me alegra tu reacción. Eso quiere decir que hay gente con distintos puntos de vista, que nos somos unas maquinas programadas a las que nos han echo pensar lo mismo. Qué alegría da dialogar, debatir y, sobre todo ESCUCHAR, el punto de vista de otra persona. Son de esas, las ideas que creemos que están más opuestas a nosotros, de las que al final sacamos más provecho y de las que más aprendemos.
Un saludo!
Publicar un comentario