miércoles, 16 de mayo de 2007

Gargantas Prodigiosas A Pie De Calle

­Si te quedaste sin entradas para la Gran Final no te preocupes, las ilegales tienen cuerda para rato. Aunque quieras no podrás escapar de ellas. En cualquier calle del “Barrio de la Viña”; en una esquina de la “Plaza del Mercado”; mientras comes pescado en la “Plaza de las Flores”; allí donde estés las escucharás e inevitablemente su humor hará que te detengas ante ellas para saborear la magia del Carnaval callejero.


Las ilegales son el alma de la fiesta gaditana. Gracias a ellas el estar en la calle no se convierte en un mero hecho social. Son ellas las que, sin ninguna norma o regla que las censuren, desnudan el alma dicharachera de Cádiz y dejan al descubierto la verdadera esencia sureña. Si ya has venido al Carnaval las recordarás con mucho brío y descaro, si tienes esa asignatura pendiente, quizás no las conozcas…

“Callejeras” o “Ilegales”, cada cual las llama según más le guste. Bajo estos dos apodos se esconde todo en reguero de historia y rebeldía. En los años ochenta, un grupo de gaditanos comenzó a preparar un repertorio de letras carnavalescas al margen del concurso oficial. No tenían otra pretensión que la de pasar un rato agradable cantando y hacer que la gente que los escuchara se rieran con sus coplas.

Cualquier agrupación no puede cantar sobre las tablas del Falla. Existe un reglamento oficial que marca, mediante una serie de estatutos, todas y cada una de las normas a las que se deben ajustar las agrupaciones oficiales. El incumplimiento de alguna de ellas será penalizado negativamente por el jurado no teniendo, por lo tanto, posibilidades de llegar a la Gran final.

Las agrupaciones ilegales, llamadas así por no estar inscritas en el concurso oficial de agrupaciones carnavalescas (COAC), fueron proliferando desde las simples reuniones familiares hasta lo que son en la actualidad, verdaderas agrupaciones que, en ocasiones, no tienen nada que envidiar a las “legales”. Generalmente, debido a que la finalidad es conseguir que el público se desternille, suelen ser chirigotas las que conforman el entramado de ilegales que se van desplazando por el casco antiguo de la tacita de plata.


La libertad creativa es absoluta. En ningún momento están obligados a seguir los pasos de las chirigotas oficiales (Presentación-Pasodobles-Cuplés-Popurrit). Lo normal es que las agrupaciones callejeras den prioridad a los cuplés, con sus respectivos estribillos, ya que son los más impredecibles y humorísticos. Mientras que las chirigotas del COAC sólo cantan dos cuplés por actuación, las ilegales pueden cantar muchos más sin que nadie se lo impida.

Al ritmo de las rumbas, tanguillos y sones, las letras desvergonzadas de las ilegales llenan de picardía los oídos de los muchos que se agolpan en las estrechas calles para escucharles. Además, si no estás al día de los últimos acontecimientos nacionales e internacionales, no te preocupes. El repertorio de las callejeras lo podemos considerar casi una crónica cantada de los hechos más destacables de la actualidad. ¿Quién dijo que el periodismo no tenía cabida en el Carnaval de Cádiz?

Hoy en día, las chirigotas callejeras constituyen una alternativa paralela al COAC ya que dejan al margen, el encorsetamiento que provocan los estatutos a la hora de componer y expresar los sentimientos con naturalidad. Además se han convertido en la pasarela ideal para que las mujeres puedan dar el salto a las agrupaciones. Las ilegales, por lo tanto, constituyen una nueva filosofía; otra manera de entender el Carnaval de Cádiz. Un espectáculo gratuito digno de aplauso.

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