La presente no iba a ser mi entrada esta semana, pero navegando por la Web me he topado con esta noticia que me ha entristecido enormemente a la vez que me ha hecho cavilar sobre la inmundicia que, por desgracia, a veces alberga el hombre en su interior.
Algo no funciona, este sistema sufre un leve desajuste. Para que manifestaciones como las que van a acontecer este domingo tengan cabida en la sociedad española…, algo tiene que estar oliendo a chamusquina.
“Movilízate, no te quedes impasible viendo como lo destruyen todo”. O “Recuperemos Madrid, así no se puede vivir” son algunos de los lemas con los que Democracia Nacional sostiene su particular lucha en contra de los inmigrantes que llegan a España, en este caso, concretamente, a Madrid.
Si una actitud de racista de tal calibre se merece el respeto y el empujón del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, pido perdón por adelantado, pero, yo, me río de ese tribunal. A ver, ¿cómo se puede dar vía libre y legalizar una manifestación en la que tildan a TODOS los inmigrantes de delincuentes, camellos, drogadictos y ladrones, como mínimo?
El cartel propagandístico no tiene desperdicio: a la izquierda un negro con una pistola en la mano apunta a un “abuelete”, por supuesto, muy blanquito y sonriente. Detrás del negro, un hombre de pelo largo y bigote (aparentemente gitano) empuña una navaja ensangrentada. Esperen, hay más. Detrás de él hay un camello precedido por un yonqui con una jeringuilla en el brazo. Al otro lado, a la derecha, lo que Democracia Nacional llama “los honrados de Madrid” o sea, los de pura cepa, cándidos y pacíficos.
Para estos señores no es honrado fregar escaleras, no, como tampoco lo es que los inmigrantes legalizados, con sus impuestos, contribuyan al sostenimiento del estado del bienestar que, de otra manera, ya habría muerto este país envejecido que paga cada vez más pensiones. ¿Honrado que alguien intente buscar un futuro mejor porque en su país sus hijos se mueren de hambre? Que va, eso no es honrado, hombre. Si lo único que hacen es quitarnos el trabajo… Es verdad, el trabajo; con todos lo negros y rumanos que hay en la construcción a ver donde busco trabajo…, con las ganas que tenía de “currar” poniendo ladrillos y cargando sacos de cementos. ¡Serán desconsiderados estos inmigrantes!
Lo que sí es honrado es tratarlos como escombros como si fueran las ovejas negras el mundo sin acordarse de que hace unos años eran nuestros abuelos los que emigraban. Más honrado, aún, es despreciarlos mientras tenemos en casa una chacha ecuatoriana que nos deja impoluta la alfombra y cuida de nuestros niños. Por supuesto, es mucho más honrado tenerla sin papeles y sin seguro, que así se la puede explotar más horas sin que rechiste.
Señores/as, Tribunal de inJusticia, no se puede deplorar de tal forma al género humano. “Amaos unos a otros como yo os he amado”. ¿Dónde han quedado esos valores? ¿Qué hemos hecho del hombre?
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