Como viene siendo tradición en Cádiz, dos citas gastronómicas dieron luz verde al Carnaval 2007. El 21 de Enero, se celebraron la XXI Ostioná, en la plaza de San Antonio y la XXVII Erizá en el barrio de la Viña. Estas fiestas deben su nombre a los productos que se degustan, respectivamente, en cada una de ellas: los ostiones y los erizos de mar, tan típicos de la costa gaditana. Más de 30.000 personas, según el diario gratuito Viva Cádiz, se congregaron para saborear, cuanto menos, el arte de estos platos. Acompañados de cerveza helada; buen vino y aderezados con pasodobles y cuplés de las primeras agrupaciones, que adelantaban parte de su repertorio, la comilona se convirtió en un verdadero placer.
Si no te gustan los erizos de mar…, pues ningún problema. El fin de la ostioná y la erizá va mucho más allá que darle un gustazo al paladar. Igual que comiendo las doce uvas en Navidad cambiamos de año, con esta fiesta los gaditanos también cambian, no de año pero sí de perspectiva. ¡Adiós a la monotonía, comienza el concurso de agrupaciones!
Después de la Ostioná y la Erizá da comienzo, en el Gran Teatro Falla, el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC). En él se reúnen más de 100 agrupaciones que luchan, durante casi veinte días, por hacerse un hueco en la Gran Final.
Si la Ostioná y la Erizá suponen el comienzo del COAC, la Gran Final del Teatro Falla es el verdadero pistoletazo de salida del Carnaval de Cádiz. A partir de esa noche las calles, acostumbradas a la tranquilidad que con normalidad reina en la ciudad, se dejan invadir por las coplas, las risas y el gentío que durante dos semanas zarandean a cualquiera que se acerque a la tacita de plata y, simplemente, se deje llevar…
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